Europa se vio
siempre atemorizada por los "Hombres Lobo", licántropos que devoraban
carne humana cuando se transformaban en monstruos por el influjo de la luna
llena. Manuel Blanco Romasanta nació el 18 de noviembre de 1809, en la aldea
ourensana de Regueiro. En un principio, su acta de nacimiento decía
"Manuela", ya que se pensó que era una niña. Era sastre, pero su vida
cambió radicalmente cuando quedó viudo. A partir de entonces se dedicó a la
venta ambulante. Los primeros años se movió por la zona y más tarde abarcó todo
el Reino de Galicia. Todos los lugareños le señalaban como vendedor de unto o
grasa humana. Por su fama asesina, llegó a ser acusado del asesinato de un
alguacil. Juzgado y condenado, se escapó a un refugio en un pequeño pueblo
abandonado llamado Ermida.
Manuel Blanco
Romasanta
En vista de que
estaba prófugo, comenzó una serie de asesinatos utilizando todo tipo de
estrategias. Fue capturado en Nombela (Toledo) y juzgado en Allariz. Su proceso
judicial todavia se conserva en el archivo historico del Reino de Galicia:
"Causa 1788, del Hombre Lobo". Reconoció que había matado a nueve
personas a sangre fría. Según dicen los expedientes judiciales de la época,
"usaba sus manos y sus dientes para asesinar a sus víctimas, comiéndose
los restos".
A causa del tipo
de heridas sufridas por las víctimas, se consideró que padecía licantropía, es
decir, era un hombre que se transformaba en lobo, ya que las heridas eran como
dentadas de los colmillos de uno de estos cánidos.
Él mismo aseguró
que había sido víctima de una maldición cuando era adolescente, y que tuvo
alucinaciones en las que se veía rodeado de lobos después de sus asesinatos.
Segun sus propias palabras:
"Por culpa
de la maldición de uno de mis parientes, tal vez mis padres, me convertía en
lobo, desnudándome primero y revolcándome después por el suelo hasta tomar
dicha forma... pero la maldición terminará el día de San Pedro, cuando se hayan
cumplido trece años desde mi primera metamorfosis..."
Fue condenado a
muerte, aunque la reina rebajó su pena a cadena perpetua para poder
investigarle a fondo y descubrir la veracidad de sus palabras. Ingresó en
prisión en 1854. Sin embargo, cuando los investigadores llegaron a la celda de
Romasanta, la encontraron vacía. Después nada se supo de él, pero dio origen a
una leyenda negra.
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